Día Mundial del Teatro. Resurrección del Señor. #microcuento

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* Lo mejor aún tiene que llegar. (foto tomada en el Cementerio de Sants, 28.03.2016)

Pues muy bien. Con mensajes así supongo que no hay nada más que añadir. La movida #MrWonderful llega a todos los rincones y supongo que un hotel de muertos no iba a ser menos.

A todo esto: sí, voy a cementerios. Sin más. Aunque no conozca a nadie que more allí. En realidad es curioso porque la gente que te ve salir te saluda muy del palo «te acompaño en el sentimiento», aunque el sentimiento sea «joder como me mola pasear por sitios en los que no tengo que esforzarme por evitar poner malas caras a humanos». Asocial, sí.

Sinceramente agradezco que nos obliguen a no trabajar los días de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. La verdad que es una movida que me rompe fuerte la cabeza, porqué no sé en qué momento se ha valorado que no puedan ser igual de relevantes Los 8 Días de Oro de El Corte Inglés. Supongo que es sólo porqué dura más jornadas.

Este es el primer año que como carne en viernes santo. Que sí, que ya, que he dicho que la semana santa me la trae al pairo pero que llevo 36 años viviendo con el ojo no comas carne el día que matan al míster, y eso marca. Es como cuando reenvías un whatsApp de esos en cadena aunque no te creas que si no lo haces vayas a palmar en la cuneta de una carretera secundaria. O que si la maldición es de las gordas, vayas a morir soltera.

Pues comí carne. Me sentí sucia. Pero me duró casi nada. En realidad cuando cogí el tren de regreso a mi zona de confort (era una barbacoa en un paraje de ensueño) ya se me olvidó el pecado. Yo es que no puedo ir en tren. Bueno ni en nada que implique a.Que yo no conduzco; b.Tener gente cerca; c.No poder sacar el iPhone por miedo a que me lo roben. Ir en tren es de valientes, y yo el atrevimiento lo guardo para otras cosas. Ir al remate de las rebajas del Zara, por ejemplo.

Y al margen de la BBQ prohibida, esta semana santa he aprovechado para hacer eso que nunca puedo hacer de normal: NADA. Viva no hacer nada. O hacer poco. Viva sólo respirar vamos.

Eso incluye ver todas las Galas y programas especiales de Gran Hermano Vip. Menudo programón. Y que pena que en este país no invirtamos en investigación pero que llevemos 16 años estudiando semejante experimento sociológico. Voy a obviar cualquier comentario, porqué igual ya se ha dicho todo y paso a su programa análogo en la competencia: Cuarto Milenio. Está demostrado que si enlazas uno con otro la misma noche de insomnio no notas ningún cambio. 

Me encanta Cuarto Milenio. Aunque reconozco que con Iker Jiménez me pasó un poco como con Javier Sardà cuando hizo a cara descubierta de Sr. Casamajor. Y es que el paranormal de Iker (es que no sé como debería llamarle, que no es por ser faltona) me encantaba cuando sólo hacía radio y me obligaba a esconderme bajo el edredón en pleno verano. Pero una vez vista su cara, pues mal. Porqué da más miedito él en sí mismo que lo que cuenta, y así no oigan.

A todo ésto creo que me encantaría ser colaboradora del programa. En mi mundo ideal he imaginado que para poder serlo, la prueba es ver la saga de REC con un pulsómetro puesto.

Si te alteras, nada. Pero no es mi caso. Me encantan las películas de miedo, las de fantasmas, las de sangre y las de rubias que mueren por ser rubias. Así que desde aquí: si alguien conoce a Iker Jiménez que le hable de mí. O a Carmen Porter.

A mí ella me recuerda un poco a Marina Castaño. Que con eso no digo que no sepa escribir ni nada. A veces pienso que igual está deseando que palme para ver si es capaz de contactar con él y dedicarle una sección en el programa. Porque por supuesto la película preferida de la pareja es Ghost, claro. También creo que su versión del salto del tigre es marcarse un Psicosis en la bañera. Y me los imagino en casa, sobresaltándose con una caída de plomos (si se va la luz, para los jóvenes).

Pues así todo el día. Inventándome vidas ajenas. Con sus comidas preferidas y sus cantantes estrella. Alguien sabe si dice algo el dsm-5 de eso? (aclaro, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). 

Y mañana, a falta de Jueves Santo, pues algunos celebramos La Mona. O el día de pagar el chocolate (comestible) a precio de bombón belga. La movida va de que el padrino le lleva un pastelón de chocolate a su ahijada. Se ve que la madrina tiene que llevarla a bendecir la palma, pero si no has podido (mea culpa) pues le llevas también dulces y tal. Que ya el mes que viene en tele5 se marcarán un 12 meses 12 causas contra la obesidad infantil y subsanamos el tema. Porqué en origen eran huevos cocidos plantados en un roscón. Huevos, de gallina de corral, cocidos. Pero dale tú ahora a un niño un huevo cocido. Y que el único juguetito sorpresa que haya en su interior sea una yema naranja. A ver por dónde te lo acaba metiendo.

Por cierto, interesante dar por finalizada la Cuaresma celebrando la Mona. El nombre proviene de la munna o mouna, término árabe que significa «provisión de la boca», regalo que los musulmanes hacían a sus señores. Y así cerramos el círculo religoso.

Slit baizt!

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apagando la luz

Todas Putas

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No voy a intentar averiguar si el bueno del autor de Todas Putas  (Hernán Migoya, 2003)intentaba dar una lección magistral sobre lo que no debería ser, caricaturizando lo que está siendo. Pero vamos que lo de la psicología inversa no sirve para todos. Yo lo leí hace una década, y no sé si lo entendí bien pero creo recordar que eché de menos más fotos de hombres en las páginas pares. Igual le vuelvo a dar una vuelta incluso.

El caso es que no soy yo muy dada a celebraciones, menos si El Corte Inglés no me avisa de antemano de que tengo que pasar por alguno de sus centros a comprar regalos temáticos. Pero vamos que el 8 de marzo se merece una mención especial. Que vivan las mujeres! Aunque bueno, dicen los que saben que lo ideal es que no haya días especiales de celebración de colectivos, porque eso significaría que ya no son minoría (social, no numérica en este caso cuanto menos).

Yo he descubierto hace poco que me encanta estar con féminas. A ver, como para no gustarme: la pequeña de cuatro niñas, con madre mujer, abuela también hembra, y así hasta las cavernas. El caso es que hacer terapia y meditación con y para mujeres (Alexia B. eres una diez) ordena mucho las cosas: y si en realidad nos hemos ido agarrando de los pelos porque a los hombres les gustaba la escena?

Me gustan las mujeres, aprendo mucho de ellas. Sobre todo de las que son mejores que yo, que me motiva querer imitarlas. La pena es que de altura ya me quedo con la que tengo. Bueno altura. Estatura igual sería más correcto.

Y qué decir de mi escolarización llevada a cabo por una manada de monjas. Pues ante todo que muchas gracias hermana Carmen, sor Clotilde y Montserrat Alemany. Sin vosotras mi libido no sería la que es. Si no fuera por ellas, las hermanas Carmelitas Teresas de San José (ríete tú del Froilán) intuyo que no me gustarían tanto los hombres. Joder es que eran pecado, y quieras que no, todas llevamos una Eva dentro que quiere morder manzana.

Pues retomando, en busca de una igualdad ideal (con demasiados matices para que yo me meta en ese fregao sin la presencia de mi abogado), va y en Valencia (que tienen de todo oigan) han plantado en sus calles semáforos paritarios. Me parece ya mucho lo más. Coño es que yo nunca llevo falda! Qué comunidad autónoma madre mía. Vamos que entre las fechorías de Calatrava y los luminosos, los chistes de Lepe van a parecer documentales de la 2. Al tiempo.

La movida es que a mí no me gusta nada generalizar y salir con que todas las mujeres somos o que todos los machos se creen, pero entonces veo a Alejandro Sanz currándose su Goya del año que viene en un concierto y pienso que sí, que tenemos aún mucho trabajo por hacer. Aunque bueno, estemos contentos, que algo hemos avanzado. Sino cómo se explica que cada día más hombres solteros tengan gato. O que más mujeres veamos porno. Bueno yo soy más de leer la novela y tal, pero nunca me pierdo un buen tráiler.

A todo esto aclaro: crecer con tanta mujer (cuatro hermanas sí) me ha dado un punto de camionero que ya lo querría Jesús Vázquez para él. Bueno, por ser la enana (literal) y porque mi padre quería un niño, aunque siga diciendo que no. Llamadme suspicaz, pero pasarme la infancia en chándal, con el pelo corto y meando de pie da que pensar.

Y encima me apuntaron a básquet. Ni siquiera hacía falta que los mocosos de mi edad me llamaran cuatro ojos. Era más ofensivo verme jugar los sábados. Pero bueno, a los padres se les quiere y se les perdona todo. Ya casi no le guardo rencor.

Habéis escuchado la movida esa de que cuando muchas mujeres pasan tiempo juntas se sintonizan las reglas? Pues doy fe. Y mi padre. Vamos que hasta mi abuela octogenaria volvió a sangrar al instalarse en casa hace unos años. No me digáis que no hay algo de brujería ahí. Y luego nos extraña que haya hombres que desconfíen de nosotras. Que digo yo que el equivalente masculino debería ser que se contagiaran la calvicie. Pasa que para ellos hay Svenson.

Pues sin ánimo de moralizar acabo: que celebremos el día, que las mujeres molamos, pero que los hombres también, la verdad. Y que ni todos los taxistas timan ni todas las peluqueras son de cortar melenas. Así que poco a poco y buena letra, pero sobre todo a la par. Y que viva Massiel porque su LA LA LA era un grito a la igualdad. Me juego mi futuro cáncer de próstata.

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Y me despido con una foto de tres de mis mujeres preferidas.

Vestida de rosa sí, porque aunque mi padre quería un niño, mi madre era muy de aprovechar la ropa. Y eso en mi caso es no haber estrenado vestuario hasta hace poco.